LA PÍLDORA ROJA O CUANDO NO NOS QUEDA MÁS QUE DESPERTAR 3



“Somos cazador y presa en uno. Mueren más personas a causa de las guerras, del hambre, de la falta de medicamentos, por culpa de la indiferencia y de nuestra desmesurada ambición, que por causas 100% ajenas a nosotros mismos. Con lo que el hombre, como género, será el auténtico causante de su propia destrucción, antes incluso, de que el factor exógeno termine de cosecharnos”.
                                                                                                                                                                        ANÓNIMO



Parte 3: La toma de la píldora roja y el Sistema de Control (o cuando Neo dice: “Buenos días Señor Smith”). 


La gente de Pijama Surf expresa conceptos que comparto plenamente acerca de esta tercera etapa:

Existe a posibilidad de que nuestro Universo sea un holograma, una Matrix. Más allá de la película que le da nombre a este sistema de realidad, la noción e intuición de que vivimos en una simulación o en un sistema de control similar a una prisión energética, cuyos barrotes a veces son invisibles o son programas en nuestra mente, es un  concepto propio del gnosticismo, con su sistema de Arcontes, o controladores planetarios.
De lo mismo nos habla el mundo del tonal de Carlos Castaneda, así como el Mundo de la Representación de Schopenhauer y en la física cuántica al mundo del Orden Implicado de David Bohm.

 
Por ejemplo en la alegoría de la cueva de Platón, se representa al hombre observando solamente la sombra ilusoria del verdadero y luminoso mundo de las ideas.  Sin embargo, existe la posibilidad de que el mito y le metáfora oculten y codifiquen un conocimiento más profundo que la realidad que percibimos cotidianamente, justamente un vislumbre de lo que existe afuera de la Matrix (a la cual usaremos como sinónimo de un sistema de control de percepción a través de la simulación), la luz afuera de la cueva, el código fuente del cual está realidad es una representación.

 “Los avistamientos de OVNIs son una especie de ventanas surgidas por descuido en nuestra matriz de realidad, sólo que nuestros Agentes han entrenado a las personas a la mayoría de las personas a ignorarlos (o programan a individuos inseguros a que hagan su trabajo por ellos).

¿Hemos sido todos abducidos? Según la ufología los hombres de negro operan como una especie de misteriosos agentes de inteligencia que se aseguran de que cuando algo sucede que puede comprometer la integridad del programa virtual o que alguien trata de hackearlo, como el avistamiento de un OVNI o el encuentro con un alien, esto no ocurre. Esto muchas veces significa borrar la memoria de la persona que podría comprometer la Matrix o amenazarla de tal forma que en la práctica sea lo mismo.  Es interesante notar que la filosofía gnóstica, que converge en Platón, dice que saber es recordar, y también que nacer es en buena medida olvidar el mundo de las ideas, el mundo más allá de la Matrix. “En los planetas olvidamos, en las estrellas recordamos”, dice el gnosticismo.  Es decir, la Matrix es el olvido.
Aquí entramos a esa velada dimensión del diseño de realidad, en la cual se nos presenta el reto de ver lo que está afuera del castillo sin tener propiamente una ventana. Si bien se puede argumentar que no existe un diseño de realidad, que nuestra limitada percepción es un subproducto de la evolución natural, para algunos una examinación cuidadosa de las comisuras de la llamada realidad revela que esta exhibe una especie de programación que sustenta en tenues líneas nuestra percepción de la misma, una especie de candado. Y que podríamos percibirla de una forma muy distinta; las sincronicidades, los fractales, la visiones psicodélicas y del tejido energético, revelan que lo que vemos es  una proyección superficial de un mundo más profundo y hermoso -el vacío radiante, Sunyata, la Totalidad Implicada, la energía del punto cero-  al que podemos acceder dejándonos caer, como Neo, a través de la madriguera (vórtice) del conejo.
Es asombroso encontrar vívidas descripciones de extraterrestres  predatorios en textos que datan del siglo 4, pero las revelaciones de la Gnosis no son nada sino asombrosas. Algunos reportes de “Avistamientos de OVNIs”  sí existen, pero el material gnóstico de los Arcontes no sólo presenta reportes. Explica sus orígenes en el orden cósmico, su naturaleza (inorgánica, imitativa, sin intencionalidad) su apariencia, sus tácticas y su actitud en torno a la humanidad y más.
 
 “El material de Nag Hammadi contiene reportes de experiencias visionarias de iniciados, incluyendo encuentros de primera mano con seres inorgánicos llamados Arcontes. La enseñanza gnóstica explica que estas entidades surgieron en la primera etapa de formación del sistema solar, antes de que se formara la Tierra”…

El investigador francés Jacques Vallee, de forma similar, dice en su libro “Messengers of Deception” que los extraterrestres (o cyborgs) provienen del sistema planetario local y que el fenómeno es “un sistema de control espiritual” que se comporta como “un proceso de condicionamiento”. De igual forma los gnósticos dicen que los Arcontes pueden afectar nuestras mentes con técnicas subliminales de condicionamiento.
 ¿Pero para qué afectar nuestra mente para que creamos y vivamos en esta matriz de realidad? Quizás porque, como en la película, de esta forma somos cultivados como una forma estable de alimento, quizás un alimento psíquico o energético. 


Charles Fort escribió:

“Yo diría que pertenecemos a algo: Que una vez este planeta era tierra de nadie,  que otros mundos exploraron y colonizaron aquí, y pelearon entre sí por la posesión, pero que ahora pertenece a algo: Ese algo es dueño de la Tierra –y todos los demás están advertidos”.
Esta es la oscura visión de la humanidad como ganado, criada para alimentar a una inteligencia superior que dentro de su propia alberca virtual es invisible. Y, sin embargo, esto no necesariamente es tan devastador e inconsolable. Quizás la Matrix es un experimento, no solamente el atroz experimento de una entidad o un grupo de entidades vampíricas que se alimentan de nosotros, tal vez el experimento del universo mismo o de una entidad que se transparenta en su propia matriz de realidad y que permite, es más, que motiva, a que observemos su diseño y salgamos de este constructo para seguir jugando a la creación, con su divina fricción entre las fuerzas primordiales. Porque si descubrimos que esta realidad es un simulacro, que la realidad puede ser simulada, puede ser programada, nos convertiremos en él, en esa realización seremos también el Arquitecto y esto es quizás parte del plan o, de otra forma, lo que debemos hackear.


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