“Homo homini lupus” (El hombre es el lobo del hombre)
THOMAS HOBBES
“Lupus est homo homini, non homo, quom qualis sit non novit." “(Lobo es el hombre para el hombre, y no hombre, cuando desconoce quién es el otro)” TITO MACIO PLAUTO (254 a. C. - 184 a. C.)
ASINARIA
“Homo, sacra res homini” (“el hombre es algo sagrado para el hombre”)
LUCIO ANNEO SÉNECA
Parte 2: Cuando Neo dice “Ya tengo el frasquito de orina… ¿ahora que?" (o cuando hay que decidir)
Primer Llave: el Circuito Urobórico
El símbolo Urobórico está presente en todas las culturas y tradiciones; en el hinduismo tántrico representando la Kundalini, en la alquimia representando el ciclo de fijo y volátil (con dos dragones uno alado representando lo volátil y otro sin alas representando lo fijo). También aparece en la Tábula Smaragdina o Tabla de Esmeralda de Hermes Trimegistro, vinculado al ciclo de la vida y la vitalidad de la semilla alquímica de la vida, en el espiritismo como símbolo del ciclo de reencarnaciones, y Gurdjieff lo asociaba en su escuela del “Cuarto Camino” a su concepto de “Recurrencia”.
Mircea Elíade en su libro “El Mito del Eterno Retorno” desarrolla la idea de que el ritual es un acto por el que se anula el tiempo lineal de la historia y se recupera el tiempo cíclico, ahistórico, del mito. Es la repetición pautada de un acontecimiento mítico en el tiempo de los orígenes, por el cual se renueva el orden fundado. Dice que el tiempo de la memoria no es el de la historia sino el del mito, por ello conmemorar es volver a vivir y posee relación con el ritual, ya que señala un carácter común y colectivo. El mito del eterno retorno será para Eliade un refugio frente al terror de la historia, frente a la angustia a la incertidumbre de un tiempo lineal, indeterminado.
El Mito del Eterno Retorno se basa en la interpretación del laberinto, éste simboliza un rito de iniciación por excelencia, que conduce a un lugar central. Una de las interpretaciones de este mito encuentra relación con la temporalidad. Existen dos clases de tiempo, un tiempo lineal, y un tiempo sagrado, que es circular. Entonces, el Mito del Eterno Retorno simboliza el inevitable regresar a uno mismo, a la verdad esencial de uno, el irremediable volver al centro, al igual que en el laberinto. El hombre no conoce ningún acto que no haya sido vivido anteriormente por otro, lo que él hace, ya se hizo, es decir que su vida es la repetición ininterrumpida de gestos comenzados por otros. Pero el retorno se hace posible no por la identidad del acto repetitivo, sino por sus diferencias, se puede decir que algo del orden de la falta posibilita la aparición de una falla, la diferencia, es lo que da lugar a la aparición de la incesante búsqueda de lo faltante. Es decir, que la repetición marca la presencia de un tiempo mítico, y por ello el tiempo lineal de la historia queda relegado frente al tiempo circular, sagrado.
“Un hombre que no tuviera en absoluto la capacidad de olvidar, que estuviera condenado a ver en todas partes un devenir; semejante persona ya no cree en su propio ser, ya no cree en sí mismo, ve que todo se desintegra en puntos móviles y se pierde en este torrente del devenir: como auténtico discípulo de Heráclito apenas se atreverá a levantar un dedo. A toda acción le corresponde el olvido”
En el mito del Minotauro, hay un Laberinto en donde se encuentra un monstruo feroz, sediento de sangre, mitad hombre mitad toro, él es prisionero de un lugar donde todos los caminos conducen al centro, se trata de un tiempo circular que determina un destino: el sacrificio de aquellas víctimas que hacia él son conducidas. El toro es un símbolo del caos, de la naturaleza incontrolada y hostil, de una fuerza brutal. Símbolo de muerte, de poder, fecundidad y vida.
Graciela Jaciner cita una entrevista de George Sylvester Viereck, con Freud, donde dice Freud que “el Psicoanálisis, reorganiza el laberinto de pulsiones extraviadas, y trata de volver a enrollarlas, al carretel al que pertenecen. O para cambiar de metáfora, provee el hilo que conduce a un hombre fuera del laberinto de su propio Inconciente.". La autora plantea la Sublimación como un pasaje entre la prisión de la soledad radical de los laberintos narcisistas, por los caminos de la creación, a otros laberintos, en que se rompe la cárcel del goce y la soledad. Ella habla de Asterión, como quien exiliado de su subjetividad no puede inscribirse como Sujeto. Se encuentra en soledad, prisionero de su miedo, donde puede observarse la ferocidad de la pulsión, de aquellos excesos sin bordes, ni desvíos posibles. Asterión, está condenado al destierro de eliminar a los otros. Sin embargo, los cadáveres de los muertos son dejados siempre en el mismo lugar, ya que le ayudan a distinguir unas galerías de otras. “Búsqueda de marcas, que le permitan salir del tiempo eterno, infinito y circular del laberinto.
Asterión ve en su muerte el fin de un proceso y el cierre de la vida. Teseo, en cambio se piensa triunfador e ignora que sólo ocupa un lugar más en la trama, es decir no sabe que sigue perdido en el laberinto del tiempo, de la existencia y de la ignorancia. Asterión sabe que no basta con salir del laberinto para eludir ese otro laberinto más cósmico y general. Asterión permite ver el carácter relativo de la cadena de sobredeterminaciones anteriormente desarrolladas, en esa cadena cada eslabón o escalón se cree superior y dominador de los inferiores, cuando en realidad es parte de una cadena mayor en el que cada uno es una parte o peldaño. La paradoja consiste en que, cuanto más poder se cree tener en esa cadena, menos conciencia se tiene de la misma; y cuanto menos poder y más carencia, como es el caso de Asterión, más conciencia.
El término labyrintho se originaría en el término "doble hacha" que guarda relación con Cnosos, ya que es un símbolo grabado en varias piedras aún existentes del palacio. Pero según otras fuentes, "Laberinto" vendría de "labra/laura, esto es, "piedra", "gruta". Borges, En "El inmortal", se refiere al laberinto como una casa labrada para confundir a los hombres, donde la arquitectura carecía de fin.
El término "Ariadna" viene del griego "airò", "araña", quien simbólicamente posee la capacidad creadora, al tejer su tela; el de su agresividad y el de la propia tela, como red espiral brotada de un centro. La araña en su tela es un símbolo del centro del mundo y en ese sentido es considerada en la India como Maya, la eterna tejedora del velo de las ilusiones.
El héroe que llega bajo la protección de la Madre Cósmica no puede ser dañado, el hilo de Ariadna devuelve a Teseo sano y salvo del laberinto.
“El Eterno retorno entonces, es el producto de la unión de Dionisos y Ariadna, porque cuando la afirmación dionisíaca encuentra su pleno desarrollo es con Ariadna. Este pensamiento no funciona sin transmutación. Ser del devenir, el Eterno retorno es el producto de una doble afirmación, que hace volver lo que se afirma, y sólo se hace devenir lo que es activo. Ni las fuerzas reactivas ni la voluntad de negar volverán: quedan eliminadas por la transmutación, por el Eterno retorno que selecciona. Este pensamiento es activo y afirmativo: es la unión de Dionisos y Ariadna. El laberinto es el propio Eterno retorno que habla de lo que es activo o afirmativo. El laberinto ya no es el camino en el que uno se pierde, sino el camino que vuelve.”
Muchas veces en nuestra vida, se producen sucesos conflictivos que se repiten en el tiempo con el mismo patrón, pero al no estar atentos o despiertos, no los reconocemos, salvo que, un ingente monto de sufrimiento, nos despierte. Tal como en “El Mito de Sísifo” de Camus el hombre está condenado a repetirse, llevando su carga una y otra vez a la cima para que esta vuelva nuevamente al punto de partida. Así Camus grafica la tragedia del hombre dormido.
Es necesario entonces reconocer los circuitos urobóricos que nos quitan energía, la energía necesaria para despertar y salir del sueño del mundo de las sombras.
Esto está también graficado en la “Alegoría de la Caverna” de Sócrates, donde se percibe un mundo de sombras, de espaldas a la realidad.
Tal como lo refería Jaques Vallé en su analogía del proyector de cine para explicar cómo actúa el Sistema de Control, para reconocer y detectar las influencias exógenas, primero debemos discriminar éstas y diferenciarlas de los estados de sueño propios del mamífero humano.
Cuando los procesos antes descriptos, se ponen en práctica, se produce un aumento de conciencia tanto del mundo interno como del ambiente y podemos diferenciar un ensueño de una influencia.
El sistema de observación del circuito Urobórico tiene la desventaja de ser rutinario y aburrido, cosa que ya nos advertía Gurdjieff en su Cuarto Camino, pero una vez reconocido y delimitado, tiene la ventaja de que puede trascenderse no solo evitando una nueva recurrencia, sino también alcanzando el Axis Mundi (eje del mundo, o eje del proceso, también llamado nodo, de naturaleza hiperdimensional), cuyo punto más álgido entronca con un circuito Urobórico de otra calidad de densidad. Aquí nos encontramos con una figura matemática y geométrica conocida: La Cinta de Moebius, la cual ha sido estudiada como un fenómeno particular de la topología.
Unos de los héroes de la topología de cuatro dimensiones fue el matemático Riemann. Éste buscaba acceder topológicamente (a través de sus mapas de cuatro colores y su descripción matemática de los nodos) a otras dimensiones (lo que podríamos aplicar también al concepto de densidades descrito por autores como Knight-Jadzyk.
Este proceso puede encontrarse perfectamente graficado en el glifo maravillosamente desarrollado arquetípicamente: La carta 10 del Tarot La Rueda de la Fortuna. En ella vemos en la parte superior de la rueda la imagen de la esfinge con una espada cuyo significado os remite al iniciado que respeta y comprende, a través de la espada de la discriminación, los ciclos mecánicos de la naturaleza. En ese nivel de la rueda (el más alto nivel de conciencia despierta) el iniciado entronca con otro circuito, pero de nivel superior. Fijense también un detalle revelador: la serpiente (energía sexual) va hacia abajo: nos advierte del uso indebido de la energía sexual (solo para procrear y no para transmutar la libido y regenerarse).
Finalmente no se puede dejar de citar una frase significativa del libro Demian de Hermann Hesse cuando Emil Sinclair dibuja a Abraxas (glifo gnóstico) rompiendo un huevo (una rueda): “Para nacer hay que romper un mundo”
Segunda llave: el AZOTH
"Qué es pues el Ázoe Azoth o Azogue? ¿Cuál es esta Magnesia extraña de donde proviene el Ázoe? Dejemos solamente presentir que se trata de un mercurio, de la Luz Astralque el Adepto debe saber manejar y atraer. Se le excita por un fuego celestial, volátil, modificación del fluido astral y que se atrae él mismo por la destilación hermética de una Tierra llamada Magnesia, considerada como madre de la Piedra."
Segunda llave: el AZOTH
"Qué es pues el Ázoe Azoth o Azogue? ¿Cuál es esta Magnesia extraña de donde proviene el Ázoe? Dejemos solamente presentir que se trata de un mercurio, de la Luz Astralque el Adepto debe saber manejar y atraer. Se le excita por un fuego celestial, volátil, modificación del fluido astral y que se atrae él mismo por la destilación hermética de una Tierra llamada Magnesia, considerada como madre de la Piedra."
Aquí es necesaria una alta dosis de reflexión: ya que aquí radica el Secreto Secretorum de toda la Obra Aquímica, y de nuestra liberación del Sistema de Control.
Desglosemos los dos factores a analizar:
a- La Magnesia en lengua de los pájaros refiere a un mineral que tiene dos propiedades:
1- Es magnético (Magnesia-Magnetita)
2- Es portador de Luz
b- Luz Astral (se trata pues del Agente Universal, presente en la estructura misma del espacio-tiempo, en la materia, en la energía e indudablemente en la psique)
c- Un fuego Celeste que sale de una tierra (Nuestra Magnesia) (en Argot Fuego Sacro).
Así pues tenemos un Imán (así también se llama a la Piedra de los Sabios en el Argot) Y un fluido magnético o Luz Astral o Primer Agente.
Y un fuego (Plasma, Eter), y fuego serpentino celeste y sacro atrapado en nuestra piedra (cuerpo).
Si aplicamos a esto el secreto de la primer llave o circuito urobórico a través del Nuestro Azufre o fuego interno para producir el Solve et Coagula, tenemos la combinación para alcanzar el punto nodal, ya que este fuego secreto (sacro), e interno de naturaleza dual (hermafrodita) que también refiere a una doble atención y despierta al alquimista preparandolo para el salto dimensional, dotándolo de Conciencia Despierta, pasaporte o visa para otra realidad (por ejemplo la de los Inmortales Taoístas, referida en los textos alquímicos chinos.)
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